Me equivoqué de nuevo. Puedo ser muy idiota a veces.
Inmaduro. Nunca lo vas a aceptar. Siempre escapando de la verdad.
Tanto tiempo, tanto... y no podés admitir lo que sos.
Por qué todavía hablar con vos me hace feliz? Si me hubiera visto a mí mismo en ese instante, sé muy bien que habría estado sonriendo y que brillarían mis ojos.
Mi madre y mi hermano, siempre sospecharon de vos cada vez que vieron ese brillo, o la sombra que me rodeaba cuándo me hacías sentir mal.
No tenés nada especial. Entonces.. por qué?
Voy a ajustarte el nudo de la corbata, hasta que dejes de respirar de una vez!
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