Hasta el fin, voy a acompañarte.
Aunque no me percibas físicamente.
Hey! Acá estoy para sentir tu dolor y recibir por tí los golpes.
No quiero una marca más en tu piel, ni una laceración más en tu alma.
Te abrazaré, aunque no esté ahí;
secaré tus lágrimas, aunque no sientas mi mano.
No olvides nunca cuán grande es mi amor y cuán inagotable.
Y entonces, cuando lo grabes bien en tu cerebro, te protegeré de todo, hasta de tí mismo.
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