*Visitas*

miércoles, 25 de julio de 2012

Mientras caminaba por la calle, intentaba ocultar su sonrisa a los transeúntes. Se subió un poco el cuello de la campera, para que le cubriera los labios y se colocó la capucha, para no ser observado por nadie. Pensaba en las cosas que debía hacer, las cosas que le pedían que hiciera, y en las cosa que tenía ganas.
 Cruzó la calle y se introdujo en una galería. Sacó el teléfono de su bolsillo y llamó a esa persona que había ocupado su mente durante todos estos largos días.
 Escuchar su voz... y no saber qué decir. Palabras amontonadas y estúpidas salieron de su boca.
Al cortar la comunicación, aceleró la marcha. No se detuvo a ver ninguna vidriera, sólo quería regresar a  su casa, cómo si temiera que esa felicidad le fuera arrebatada por manos invisibles.
  Vaya, me sorprende lo idiota que eres a veces!

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